martes, 7 de diciembre de 2021

Indetectable

Barbarie.

Rapto anodino de inoperancia emocional. 

Las excusas como escudos endebles que pretenden ocultar las inseguridades de los falsos iluminados. 

Subestimación, cadencia rota de una melodía compuesta para dos, ejecutada por uno. 

El enojo, como plataforma -submarina- en donde se apoyan todos los constructos, como tapa de conductos llenos de deseos frustrados, observaciones agudas y percepciones exactas, como medio para validar los fines y los finales. El enojo, como firmeza en la inestabilidad, como certeza en la incertidumbre, como aliado en el combate que no es. El enojo, como proyector de lo invisible, como testigo del contexto, como alfarero de la historia. 

Portentosa estirpe que se perpetúa (¿para qué?) en trazos lábiles de supuestas verdades.

Lo esencial no es invisible para quien observa las sombras. 

Mirar el abismo es también reconocerse abismo y mirador evocador de emociones ya trascendidas de otros tiempos, de otros traumas.

Los relatos a veces son inexactos al describir sus orígenes. 

Lo que sea que está emergiendo, lo está haciendo desde el sima oscuro de los tiempos simultáneos. Lo que sea que está emergiendo, lo está haciendo en modo indetectado por los radares. Lo que sea que está emergiendo, lo está haciendo de manera contundente y constante, majestuosa y real, sugestiva y denunciante. 

Hela aquí: la traza (¿indetectable?) de las ausencias que son visibles al trasluz de quien mira hacia el abismo.

Cyndi Viscellino Huergo 2021© Todos los derechos reservados

Foto: Dina Belenko

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