jueves, 31 de diciembre de 2015

¿Fin de año...? ¿Último día?

Recibir un golpe.
Recibir dos.
Recibir tres.
Sin respiro.
Un cuarto, un quinto y un sexto...
En medio del aturdimiento, encontrarme sobre un tren bala.
Disfrutar del paisaje.
Percibir el alma atrapada en el cuerpo.
Respirar hasta que el cuerpo se disuelve y el alma se libera.
Llorar a los gritos sintiendo dolor y felicidad al mismo tiempo.

Agradecer. Enojarme. Soñar. Entristecerme. Motivarme.
Perderme. Encontrarme. Maravillarme. Exasperarme.
Abrazar. Ser abrazada.
Sonreir amplio hasta el dolor de mandíbulas.
Cansarme hasta el agotamiento o el hartazgo.
Aislarme hasta desaparecer.

Salir al encuentro para dejarme sorprender por lo espontáneo.
Ir hacia adentro para encontar las respuestas.
Mirar hacia afuera, atolondrándome en la vorágine.
Vaciarme. Hallarme en el vacío y en la soledad.
Descubrir el silencio de mi misma y amarlo.



Disfrutar de cada momento y olvidarme, por momentos, de cada momento.

Asumir riesgos.


Vincularme desde el corazón. Abierto.
No entender.
Quedarme quieta hasta la pereza.
Asumir mis propias responsabilidades.
Establecer límites.
Obligarme sin piedad.
Lunas rojas y eclipses totales.


Tomarme muy en serio hasta el absurdo de dejar de ser.
Reirme de mi misma hasta rearmarme.
Tener la sensación de que siete meses fueron un siglo, los últimos 365 días fueron un milenio y todo eso en un instante... y que este instante parece no terminar nunca.
Tener planes. Concretarlos.
Tener otros planes y que aún sigan siéndolo.
Dejarme abatir por la desesperanza y el sinsentido un rato para seguir sin bajar los brazos desmalezando selvas.

Honrar a los que ya no están.
Honrar a los que están.
Honrarme.
Re-emponderarme.
Sentirme insegura. Sentirme vulnerable.
Temer al rechazo hasta doler mi propia médula.
Recordar que me tengo a mí misma.

Respetarme. Respetar y ser respetada.
Confiar-me. Confiar y ser confiada.
Amarme. Amar y ser amada.

Doy GRACIAS por este 2015.
Me siento bendecida.

Hoy, en el Hemisferio Sur y Occidental a las 11.47 a.m del...
31 de diciembre de 2015, calendario gregoriano
19 Tevet de 5776. calendario judío
19 Rabî Al-Awwal de 1437, calendario islámico

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados



lunes, 7 de diciembre de 2015

Cómo ir al chino y pagar con caramelos

1.
Lunes lluvioso en la ciudad. Ya hizo el recorrido desde su casa hasta la otra punta de la ciudad tres veces y aún le queda una vuelta más...

El regreso.

La tarde se hace noche bajo una nube que parece que caerá de repente sobre todos los citadinos, "¿O estará escondiendo alguna nave extraterrestre, como en una de esas pelis americanas, y lo que se viene es una invasión?... La verdad, ¡hoy es uno de esos días en los que me vendría genial una invasión...! Una abducción, mejor", imagina mientras un destello de recuerdo se presenta en su mente abarrotada de pensamientos, al unísono con el destello del relámpago en el cielo.

Mira fijo nuevamente a la nube que se transforma en un monstruo negro, descendiendo con intenciones de fagocitarse el mundo. Sus ojos, anticipándose a la tormenta, intentan reponerse de un llanto desgarrador que apenas le permiten seguir manejando. Sabe que lo que desata esa tempestad en su interior es la ruptura con Cassie, una sueca que secuestró su corazón apenas se conocieron.

"El regreso está en progreso. Mmm...extraño juego de palabras". Ahí va, otro pensamiento que se cruza. Regresa aturdido y necesitando silencio. O distracción.

Entonces se da cuenta: es el inicio del fin.

2.
Enciende la tele, hace zapping. Encuentra un documental en el History Channel que parece interesante: "La batalla entre el bien y el mal". No hay manera. No logra entender. Su atención está en cualquier lado, menos allí. Lo intenta, sigue tratando y siente que están hablando en algún tipo de lengua muerta que desconoce. Los orígenes de la lucha tan antigua como la Humanidad misma no le será revelada hoy, aunque un documental de dos horas le esté dando la oportunidad.

Frustrado, vuelve a verse a sí mismo sintiéndose inadecuado. "Estamos llenos de no saberes", le dijo muy sabiamente alguien, a quien admira profundamente, un sábado a las seis y media de la mañana.

Sigue adelante con el zapping, desistiendo de comprender lo que ve. Nada resulta inteligible o interesante...ni para distraer.

Hoy por lo visto tampoco obtendrá la respuesta que anhela tan vehementemente y le quita el sueño desde hace tres meses.

Piensa en cómo llegó hasta aquí y los recuerdos recientes comienzan a proyectarse en su mente. ¿O se están proyectando en su corazón...?

3.
Un día cualquiera de un septiembre de dos mil y pico, fue contactado por CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear. Fue convocado como físico invitado para un subproyecto en la investigación del bosón de Higgs. Se terminó transformando en interino y, después de demostrar que es más que un joven entusiasta e inteligente con ideas innovadoras, ya es parte del staff fijo de planta. Lo salvó su ciudadanía española, sino no entraba ni en broma.

Sus días en Ginebra transcurren con una habitualidad desconcertante para estar siendo parte de la historia de la física mundial. A veces, sólo para dar un toque de humor y hacerse otras preguntas sin respuestas, le propone a sus compañeros de laboratorio un acertijo para aplicar en su país de origen: "A ver si me ayudan a descubrir cómo puedo ir al chino y pagar con caramelos". Todos suelen reírse, pergeñar teorías e hipótesis disparatadas para finalmente decirle: "¡Argentino tenías que ser!".



Hasta que hace una semana, su colega belga de sonrisa fácil y cabello revuelto, Jean Paul, lo sorprendió con una propuesta que rompió su monotonía.

- Gabriel, quiero contarte algo en lo que estoy trabajando por mi cuenta hace ya unos años -le dijo Jean Paul en su perfecto español con acento francés-. Sé que puedo confiar en tí...esto es...eh...confidencial. Y para serte honesto, pensé que podrías darme una mano...

Gabriel se mostró entusiasmado. Sus ojos destellaron. ¡Al fin algo sacudiría su tedio! Y tal vez también el dolor profundo que le ocasiona la ruptura de Cassie, dos años después de iniciada la relación, sin saber aún el porqué.

Jean Paul le comentó que acababa de darle forma a un nanochip que puede ser implantado intranuclearmente en las células de cualquier tejido, en cualquier órgano humano. Allí donde es implantado, el chip puede cambiar la secuencia de tiempo de la célula, desacelerándolo.

- ¿¡Estás diciendo que en la célula donde esté el nanochip el tiempo transcurre más lento que en el resto de cualquier otra célula del tejido!?

- Sí, exactamente eso. ¡Y no es todo, Gabriel! Funciona como una especie de marcapasos que por pulsos eléctricos "contagia" ese pulso temporal a todas las células de igual constitución. Entonces, un órgano puede estar teniendo su propio "tiempo", aunque simultáneamente se acompasa con el resto del organismo para seguir trabajando eficazmente en el todo. Es como si se abriera una compuerta multidimensional, en donde el órgano sigue trabajando "como siempre" en el cuerpo pero está en más de una secuencia temporal en el mismo momento. Es como estar en Tokyo y en Londres al mismo tiempo...¡en un lado ya es mañana, en el otro es ahora...!

Gabriel, atónito, recorría mentalmente las posibilidades del descubrimiento.

- Jean Paul...esperá. Si por ejemplo, una persona tiene...digamos, un cáncer de páncreas ¿quiere decir que implantándole el nanochip, el tiempo dentro del órgano comienza a desacelerarse? ¿Es posible que las células cancerígenas se reproduzcan más lentamente?

Jean Paul dibujó una sonrisa, asintiendo. - Podríamos prolongar la vida del paciente, darle tiempo a la ciencia para que lo cure con el tratamiento existente, o hasta que descubra uno nuevo, o hacer que el tratamiento sea menos invasivo...podemos prolongar la vida del paciente aún cuando no recibiera tratamiento. Estoy pensando en que podemos experimentar incluso en un órgano sano y ver qué pasa cuando más de una secuencia temporal está funcionando en el mismo espacio físico en el mismo momento...

Gabriel no podía creerlo. Su corazón empezó a agitarse a tal velocidad que pensó que un solo nanochip no le alcanzaría para bajar la frecuencia cardíaca.

- ¿Y si probamos primero con un cobayo o un mono Rhesus, Jean Paul? ¿Probaste en un objeto inanimado? ¿Qué pasa sin tenemos más de una secuencia temporal en un objeto?

- No, no; está hecho en base a células humanas. Utilicé mi propio código genético para hacer pruebas in vitro.  Es sólo que confieso...no...no me animo a inocularme el nanochip. Estoy necesitando algún voluntario...

4.
Gabriel se da cuenta que al igual que con el documental del History, hoy tampoco alcanza a comprender las implicancias del descubrimiento de Jean Paul. Su corazón está roto en mil pedazos, Cassie "oficializó" su romance con Kisho, el ingeniero inglés de origen japonés del colisionador de hadrones esta mañana y está harto de ser catalogado como "el físico sensible, el nostálgico". Argentino tenías que ser...

Sin embargo de algo está seguro: quiere probar el chip en sí mismo. Sólo que no quiere desacelerar el tiempo interno.

Quiere acelerarlo.

Son casi las once de la noche. Llama a Jean Paul al celular y le pregunta si es factible que el nanochip acelere los pulsos temporales en lugar de enlentecerlos.

- No lo sé..., contesta la voz medio dormida al otro lado del teléfono, - podemos probar. Si lo logramos, ¡estaremos manejando variables del tiempo sin importar la dirección! Gabriel escuchó un chasquido, seguido de la voz de Jean Paul casi a los gritos: ¡Ya mismo me pongo a calcular las probabilidades y a hacer las pruebas!

Será una larga noche.


5.
"Estamos llenos de no saberes"...
Si tan sólo recordara lo que lo impacta. ¿Por qué todo es tan efímero para él?

Siente el dolor en el pecho mientras está de regreso, en ese regreso que está en progreso. Sin embargo, siente que no llegará a destino.

Sabe que no llegará a destino.

Hace ya seis días se implantó el nanochip en el corazón. Jean Paul lo manipuló para que sincronizara primero con el haz de His para mantener el ritmo cardíaco y luego, comenzaron a probar con las secuencias temporales.

Al principio, la desaceleración profundizó su dolor. Imágenes con Cassie y la ruptura aparecían en su mente con detalles de pantalla de alta definición. Lo invadían en cualquier lugar, en cualquier momento. No podía manejar sus pensamientos. No podía concentrarse. Empezó a tener problemas para calcular las fórmulas en el laboratorio, para seguir adelante con su trabajo. Ya no estaba de humor frente a las ideas de cómo ir al chino y pagar con caramelos. Estaba desbordado de emociones y sentimientos de amor y desamor al mismo tiempo.

Le pidió a Jean Paul que por favor, POR FAVOR acelerase el tiempo del chip. Gabriel necesitaba curar sus heridas.

De algún modo Jean Paul lo logró. Repentinamente y frente al ajuste, las imágenes y los recuerdos con Cassie empezaron a esfumarse, la frecuencia cardíaca se mantenía en valores normales pero él sentía que algo no estaba bien.

Empezó a sentir el peso de la vida, el paso de la vida.

Se mira en el espejo del auto, en medio de las lágrimas, y descubre que su corazón está cansado. En medio de su propio tiempo interno, su corazón comienza a latir más lentamente.

Detenido en un semáforo de regreso a casa, mira al cielo y ve la negrura de la nube tormentosa. Otro rayo, un trueno y su corazón que le susurra: "Hasta acá, Gabriel...hasta acá".

Cierra los ojos. En su interior estalla un universo multicolor en donde ve todos los instantes de toda su vida en simultáneo, en donde observa el pulso de todos sus tiempos...al mismo tiempo.

El regreso está en progreso. Vuelve a su esencia más pura.

Es el inicio del fin.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados

Agradecimientos:
A Freddy Gabrielli y su sueño con el nanochip de complejidades, funciones y fines no incluidos ni descriptos en este cuento incompleto y poco merecedor de tamaña idea original. Pido perdón por eso.
A Vivi Licuadri por activar el título a partir del Mundial 2014.