miércoles, 2 de febrero de 2011

Permanecer



La vida es efímera. La muerte, sorpresiva. El tiempo, permanente.
Somos nosotros los que estamos en tránsito.
Cada instante, cada segundo, cada inspiración abarca toda la vida. Completita. Íntegra. Colmada. Por lo tanto, tengo todo el tiempo del mundo. Todo el tiempo está abarcado en ese instante de inspiración.
Y espiración.
Valorar la vida implica tener la consciencia del presente y el valor de cada instante. Saber que hemos llegado hasta aquí componiéndonos de millones de instantes plenos que nos conforman en esto que somos, personas íntegras. Sin divisiones, sin fisiones, sin rajaduras. Será por eso que la perfección significa que somos lo que elegimos ser en cada momento, moldeándonos según nuestros pensamientos, que tienen el poder de la fusión nuclear y la velocidad de la luz.
Poderosos, sublimes, bellos. Así somos. A cada instante. Con cada inspiración.
Valorar la grandeza de construirnos en nuestro tránsito por el tiempo es una manera de valorarnos. Tomar consciencia de nuestra capacidad para ser todo lo que estamos destinados a ser, también.
Estoy agradecida a Dios, al Universo, al Poder. Por ser, por estar, por seguir permaneciendo.
Y me agradezco por seguir eligiéndome.
P.S.: TAP GI