domingo, 7 de septiembre de 2008

Ser fuego...


La furia es una manifestación del temor.

En una situación defensiva, el temor me conmueve hasta los tuétanos y se transforma en enojo hacia mí misma, y eso me frustra, me rebela, me hace sentir impotente frente al peor enemigo que tengo: YO.

Entonces, ahora que reconozco que lo contrario al amor no es el odio sino el temor (frase maravillosa que una persona muy allegada me dijo y que atesoro en una caja de cristal mágico que no se rompe) estoy indagando en mis temores.

Y mis descubrimientos me asombran.

¡Es tan sencillo detectar, cuando uno se introspecta, a qué le tenemos miedo! Y como decía Marcel, no quiero estar libre de peligros sino que quiero el valor para afrontarlos. Reforcé también sabiendo que la paciencia es la más ¡heroica! de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroismo. Y paciencia SÉ que tengo. Así pues, ¡sí soy valiente! Sólo que ahora tengo una especie de sustento epistemológico que me cobija en mi ya sabida capacidad para enfrentar a mis demonios interiores.

Es preciso saber lo que se quiere y para eso es menester pensar-se, sentir-se, conocer-se. Se necesita tener el coraje para realizar aquello que se quiere.

Enfrentarme con mis temores me está permitiendo definir qué quiero, cómo lo quiero, cuánto y cuándo lo quiero. Por supuesto que habré de equivocarme en el camino, que cometeré errores y tropiezos, pero sólo es a mí a quien debo dar(me) explicaciones y ayudar a levantar(me), como un progenitor amoroso hace con su niño cuando cae. También puedo pedir ayuda, pero seleccionaré con cuidado a quién, porque necesito a alguien amoroso que comprenda mi vulnerabilidad, mi desnudez, mi temor a flor de piel.

Nadie puede saber lo que sucede en mi interior, salvo yo. Y ahora estoy muy enojada. Eso significa que varios temores están forjando por salir y debo escucharlos, comprenderlos, darles su lugar, amigarme con ellos. Porque me protegen, porque me dan el alerta, porque hacen que retome el curso de mi Naturaleza.

Y mientras lo logro, puedo seguir adelante de otra manera, viendo al mundo con otros ojos, más claros, más diáfanos, más míos. Porque "un cobarde es incapaz de mostrar amor, hacerlo esta reservado para los valientes.", dijo Gandhi.

Amor. Lo contrario del Temor.
Por lo tanto: cuidado. Hasta tanto la claridad se forje y se vislumbre en mi interior, le daré cabida a mi enojo, a mi furia. Ayudaré a que se manifiesten, a que liberen mis temores, a que me permitan conocerme. Perimitiré que me guíen de nuevo a mi camino perdido hace tiempo.

Me gusta estar enojada. Mucho. Y lo estoy disfrutando mientras me abro a mí misma y me descubro.

Hasta el próximo elemento...




lunes, 4 de agosto de 2008

Ser agua...


Un poco de pensamiento líquido...para la rigidez y solidificación del entorno.

O tal vez otro poco de pensamiento etéreo...algo con qué encontrarse después de mucho tiempo de no escuchar algo que mueva los cimientos del saber, pero que nos lleva a la búsqueda permanente de respuestas.

La soledad no hace más que enfatizar nuestras conversaciones internas. Últimamente, he notado que me gusta más mi soledad de lo que en general me gustaba (y esto era mucho, ¡por cierto!) pero descubrir incontables maneras de ser formando sólo una, saberse en forma simple un ser humano que camina hacia una luz particular...¡eso es bello!

Por favor, no pidan coherencia. Estoy intentando dejarme llevar por las manos y el teclado, por esos pensamientos líquidos o etéreos que hacen de mí una parte del todo, incluso cuando gusto de ver el todo antes que las partes. No sé si habrán de leerme, pero escribo, desde que recuerdo, con la íntima esperanza y el fogozo anhelo de que alguien lea lo que redacto, lo que sospecho en voz alta.

¿Hay alguien ahí?

miércoles, 4 de junio de 2008

Que la vida es sueño...y los sueños, sueños son



Dos mañanas consecutivas.



Dos noches seguidas trayendo a mi mundo a seres ya hace tiempo alejados de mí por diversas circunstancias, ambos amados, ambos dejados (por la vida o por mí).

En ambos casos, mi realidad fue tan perfecta que pude decirle a uno todo lo que me había molestado de una determinada situación y al otro, todo lo que se perdía al haberse equivocado de rumbo, según mi criterio subjetivo y dolido. Pero en las dos situaciones hubo un factor común: una gran decepción de mi parte.
Porque a ninguno de los dos pude decírselo en el momento adecuado. Porque no quise ser egoísta (o eso pensaba yo). Porque me dí cuenta de que el dolor se había convertido en resignación.

Estaba transitando mi siguiente escalón (el último) en mi duelo que había comenzado hacía años. La decepción fue descubrir la trivialidad, la afectación o lo injustamente tratada que me había sentido.

Qué bueno haber terminado el duelo. Qué bueno haberlo hecho en una realidad perfecta, sin condicionamientos, como la que me ofrecieron ambos sueños.

Me desperté sendas mañanas con un sabor agradable en la boca y una leve sonrisa en los labios. Me levanté algo más liviana y mis días se iluminaron con mayor intensidad. Reapareció la sonrisa y ya en vigilia, pude terminar de procesar lo que comencé en ese mundo realmente irreal.

Ahora estoy esperando un tercer sueño. Creo que ése se demorará un poco más. Pero es sensacional saber que habrá de producirse, tarde o temprano.




Hasta mañana. Dulces sueños...

martes, 3 de junio de 2008

Rever el interior..¡y no hablo del campo!


Estoy fascinada y asustada al mismo tiempo.

Al menos, eso es lo que los cambios internos producen en mí.

Estar tan cerca del sufrimiento hace que uno enfrente sus propios temores, sus deseos, inquietudes, limitaciones y posibilidades.

La búsqueda tiende a ser eterna...¡e-ter-na! Qué hermosa palabra...creo en la inmortalidad del espíritu, del alma, de lo que en realidad soy.

Estoy ahora mismo en la disyuntiva de empezar a escribir sobre cosas que me hacen reflexionar desde lo que les pasa a otros, como bitácoras anónimas de vida. Quizás empiece por ahí por temor a enfrentarme a mis propios fantasmas. Noooo, no le tengo miedo a mis fantasmas...¡son míos y los quiero! Hasta tienen nombre...

Estoy, simplemente, buscando el portal a mi mundo interior.

Dénme unos días...veremos qué pasa con estas crisis vitales, esas existenciales: amor, salud, trabajo, dinero, el paso del tiempo (¿o somos nosotros los que pasamos y el tiempo está inmóvil?) y si es así, hacia dónde me estoy moviendo. (¿Me estoy moviendo?)
Iremos, de a poco, desentrañando misterios tan obvios y visibles que se disfrazan de sombras.

¡Qué bueno es estar en un proceso!

lunes, 2 de junio de 2008

¡Mucho tiempo...no es nada!


Hola a todos,

Una amiga me dijo muchas veces y hace ya tiempo que yo debía tener un blog. Siempre lo tuve, de hecho, deshice un par y volví a crear...este.

En marzo, cuando lo retomé, no sabía que podía escribir algo que me vendría como anillo al dedo al día de hoy (o tal vez sí...je). El hecho es que hoy volvía del trabajo y no podía dejar de pensar en sentarme a escribir otra vez.

Estamos promediando el año, como dicen todos por ahí y hoy estuve de muy mal humor. ¿Se imaginan? ¡YO, la que vivo de buen humor! ¡El alma de la fiesta!

Es que muchas emociones se están movilizando desde que comencé una nueva carrera (sip, para tod@s ustedes que están leyendo saben que hablo de la Consultoría) y ahí voy, buscando empatía y redescubriendo mi mundo interior.

Los viajes inesperados por caminos áridos suelen ser dolorosos pero...¡qué fructíferos son! Y aunque mi ánimo pareciera no querer darme la razón por estos días, estoy con esa sensación permanente de saber que en cualquier momento el diamante lleno de lodo va a emerger...así es que tengo que estar atenta para empezar a limpiarlo. ¡Ah! Y a pulirlo, porque siento que todavía está en bruto.

En fin, Ortega y Gasset decía que nosotros somos nosotros y nuestras circunstancias. Yo sé que soy yo (¿o no?...) y sé que mi circunstancia me afecta más de lo corriente porque justamente ese yo que sé que soy no está muy seguro de ser. En fin, la vida no deja de ser un trayecto maravilloso, un viaje agradable, un aprendizaje constante. Y, ¿saben qué? Yo me busqué esto. Así es que tendré que descubrir para qué me lo busqué.

Ya tienen la dirección. No digan que no les dije...je. Comentarios, bienvenidos serán.

Hasta la próxima. Que viene a ser hasta siempre, porque las palabras absolutas son buenas para relativizar la memoria.

Besos.

lunes, 24 de marzo de 2008

Las cosas empiezan una y mil veces (el ciclo de la vida)


Aquí estoy nuevamente, silenciada pero no ausente, re-orientada hacia el inicio.

Estos ciclos de re-conocimiento de mi ser me renuevan las esperanzas y las preguntas, y hallo -afortunadamente- nuevas respuestas cada vez.

¿Es que las respuestas son muchas? ¿Es que cambio el punto de vista? ¿Es que las hago siempre de forma diferente, aunque sean las mismas?

Lo único que sé es que las respuestas que más me satisfacen son las evidencias más simples y a la mano que la vida puede darme.

Y sin embargo, son las respuestas más difíciles de alcanzar. (Es que no las alcanzo con mi mano, no, no, no...en realidad sólo puedo alcanzarlas con mi alma).