domingo, 5 de febrero de 2017

Verdugo

Corto. Reflexivo. Impaciente. Cuestionador. Llegando al límite.

Ser verdugo no es sencillo. Ni agradable. Mucho menos placentero. Pero a veces es el único estado posible después de que todos los comentarios, todas las observaciones, las negociaciones, las advertencias se agotan. Me enfurezco cuando agoto las instancias. Siento impotencia, frustración, ansiedad, dolor.

¿Es que acaso no soy claro cuando transmito, cuando comunico los mensajes?
¿Es que acaso cuando dicen haber comprendido no se animan a decir que no es así?
¿Es que acaso no ven, no perciben, no vislumbran las consecuencias de no sostener sus palabras, ahora vacías de supuestas intenciones nombradas?
¿Es que no se dan cuenta que esta oportunidad puede ser la última...?

Juegan en la cornisa creyendo que no soy capaz de cumplir mi palabra. Están al borde jugando con lo ya expresado.

Límite.

Mi espada se afila. La turbulencia se acrecienta. La oscuridad se cierne.

Lo lamento. En verdad lo lamento. Tal y como se los anticipé, estoy llegando.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados