jueves, 7 de agosto de 2014

Reinventando mis laberintos

Estoy en uno de esos momentos en los que todo lo que se me cruza por la cabeza, lo que me pasa por el medio del pecho, lo que siento en el cuerpo, lo conecto dentro de mí con claridad.

Lo que no siempre logro hacer con claridad es ponerle palabras. Porque la significación de los eventos, de las experiencias se conectan de tal forma que mi percepción de ellas exceden los cinco sentidos.

Mi experiencia tiene una conexión perfecta y me veo habilitada en varios planos en simultáneo, uniendo puntos que provienen de distintos lugares y tiempos. Todo cobra un nuevo sentido. Soy una nueva persona segundo a segundo. 

Por momentos me pregunto para qué ponerle palabras a esto que me sucede. La respuesta es un impulso, una necesidad: quiero escribirlo. 

Hace varias semanas (¿tres?) que siento un movimiento particular, nuevo, intenso. Todo está mutando, todo está transformándose de manera vertiginosa, casi como en un laberinto que se reinventa a cada momento, como un sueño en donde los edificios cobran vida y reacomodan sus estructuras, moldeándose en nuevos diseños, en nuevas formas, en nuevos paisajes.

Tal vez porque el movimiento tiene esta particularidad, esta novedad y esta intensidad es que siento la necesidad de escribirlo: quiero darle cuerpo, quiero dejarme una constancia, quiero asirlo de algún modo, regulando la intensidad para apreciarlo. 

En este recomenzar permanente y sin solución de continuidad, un fenómeno extremo se manifiesta: me siento nuevamente polarizada. 

Sólo que esta vez, la polarización se me antoja un espejo de la integración...

Ayer estaba parada en el "lado oscuro de la fuerza", dirían los seguidores de La Guerra de las Galaxias. Ayer revisité mis sombras, esos lugares en los que algunas veces me sumerjo. Sólo que esta vez, no hubo un "adentrarme". Simplemente estaba allí, me paré sobre mis dos pies y decidí permanecer en mi lado oscuro.

Paradójicamente, allí veo con claridad. Me resulta fácil detectar las emociones, las sensaciones, los sentimientos, las acciones que descubro posibles y peligrosas y que elijo que no tengan su curso en mí: el egoísmo, la demanda a otros, el reclamo, la queja, la venganza, los celos, la posibilidad de soberbia, la manipulación, incluso el disfrute que siento sólo de imaginarme llevando a cabo ciertas acciones que incluyen algo de todo esto y que, por supuesto, nunca llevé -ni pretendo llevar- a cabo.

Entonces, si hay disfrute sólo con pensarlo, ¿por qué elijo no elegir este lado?
Porque las consecuencias de permanecer allí son, para mí, sinónimo de destrucción en su sentido más puro. Destruirme a mí misma y a otros. Y elijo construir.

Entonces, con la misma claridad con la que me vi en las sombras, noté que cuando estoy parada en lo que voy a llamar "el lado de la luz", todo no está tan claro...¡ni es tan luminoso! 

Allí no logro reconocer los peligros en los que me entrampo sólo por estar "bajo la luz": la solidaridad y la bondad al punto de olvidarme de mí misma, la humildad que me impongo es pos de no dar cabida a las cosas que me distinguen, que me hacen única, particular y diferente; prohibirme, en nombre de las "buenas cualidades de una persona", la posibilidad de dejar desarrollar ciertas características que me son tan propias como identificatorias...¡no vaya a ser cosa que me convierta en una persona aberrante, inadecuada, inapropiada..desubicada!

Acabo de darme cuenta que "me paro" sobre la sombra y estoy "bajo" la luz...ya sé que puede no ser novedad para muchos de ustedes, pero me encantó darme cuenta.

En fin, decido "tapar" todas mis peculiaridades, las que me hacen singular, al punto de querer invisibilizarme a toda costa y a todo costo. Mostrarme así me resulta imperdonable. No puedo ser yo misma porque "tal vez" sea un monstruo.

Pero, por favor, recuerden que les dije que estoy en movimiento permanente. Esto que describo me ha dado un regocijo especial, pero para nada morboso. Porque también acabo de darme cuenta que, en el "lado de la luz", las cosas pueden destruir cuando no se les permite seguir su tendencia, cuando la preservación se convierte en rigidez pura. También me doy cuenta que en mi caso esta destrucción está dirigida a mí misma. ¡Por supuesto que así "debe ser"! ¡Estoy en mi lado luminoso! ¡En él soy "buena", a nadie debo hacerle daño!

Voy y vengo por estos lados en estos días y descubro las maravillosas paradojas de "un lado oscuro" que veo con claridad, y un "lado luminoso" que se me presenta confuso y empañado.

En esta instancia, las cosas empiezan a fusionarse y dejan de ser polos estáticos. Me siento feliz de que así sea.

Descubro, asombrada, que a veces necesito pensar en mí "egoistamente" para no destruirme y para ayudar a otro a construirse a sí mismo. Noto que mi invisibilidad requiere de mi energía en alta intensidad, que necesito cargarme físicamente de capas que me distancien del mundo y me ayuden a pasar inadvertida. Observo que redirecciono aquello que no me permito ser de mí misma hacia adentro, permitiendo que la destrucción se convierta en auto-destrucción y así "salvando" a un otro. Y todo esto, bajo el "manto protector" de un rótulo: "estoy en el lado de la luz".

Ahí está...el laberinto vuelve a reinventarse, las aristas se desdibujan, las luces y las sombras se complementan y juegan para incluirme, para explayarme, para potenciarme, para sanarme. 

Se me viene a la mente Rembrandt, el pintor holandés, que es reconocido por el manejo del claroscuro que ayuda al observador a entrar al cuadro.

Así estoy hoy, transitando los claroscuros incluida en el propio cuadro; regulando la intensidad de mi energía para que alumbre y des-alumbre donde crea conveniente, donde la invitación a perderme en mi propio laberinto sea constante. Así estoy hoy, reinventándome, entendiéndome, desdibujándome, concretándome, asiéndome, escurriéndome de mí, huyéndome, reencontrándome, extremándome y fisionándome; amalgamándome y fusionándome. Así es mi actualidad, actualizándome...

Me doy la bienvenida a la renovada dualidad complementaria.  

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados