domingo, 30 de agosto de 2015

"¿Qué otra cosa puede costarme la vida?"

"Volar en formación cerrada requiere un foco tipo láser: hay que ser capaz de pasarlo absolutamente todo por alto salvo seguir a la cabeza y ejecutar las maniobras con precisión. (...) Incluso durante un vuelo sin incidentes, es fundamental estar concentrado y preparado para abordar cualquier problema que se presente (...) lo que es algo habitual para los pilotos de pruebas y de cazas...has de centrarte en lo que tienes justo enfrente. Si no lo haces, te costará la vida.
Esta concentración intensa tiene menos que ver con lo que abarcas que con lo que dejas de lado.
Y cuando digo dejar de lado me refiero a borrar totalmente...todo fuera.
Si no es importante para los treinta segundos siguientes, es que no existe."


Domingo 30 de agosto. 6.45 am. Me despierto repentinamente con mil pensamientos rotando en mi cabeza y una intensa necesidad de moverme. Me incorporo y dreno mis pensamientos escribiendo en un cuaderno que tengo en mi mesa de luz, donde vuelco cada mañana toneladas de cosas que pueden resultar inconexas para los demás pero que están llenas de sentido para mí. Inicié este "ritual" hace no mucho. No leo lo que escribo. Esperaré al menos dos meses para comenzar a hacerlo.

Entre tantos pensamientos, aparece con claridad el recuerdo de un libro que tengo en mi biblioteca, "Guía de un astronauta para vivir en la Tierra" del Cnel. Chris Hadfield, editado en el año...

¡Caramba! Mientras busco el año de edición (que por cierto es 2014 en Argentina) descubro, para mi sorpresa, que anoté "De un Virgo a un Piscis...¿irónico?" de puño y letra, el día que lo compré. Para aquellos que gusten de y/o crean en la astrología, la súper luna llena de esta madrugada fue en Piscis, con el Sol en Virgo... (¿Sincronicidad?)

Un par de páginas más adelante en el mismo libro, hice un garabato y escribí "puro impulso". Como recordar y tomar el libro esta mañana de "la nada"...

Entre los cientos de pensamientos que se me presentan en simultáneo siento que cada uno está mostrándome el entramado de una red compleja, con tantas capas, texturas, consistencias e historia que por momentos es difícil poder hacerme a la idea o ver la posible forma de esa red. Sin embargo, intuyo certeramente que el entramado tiene un sentido que desborda cualquier tipo de análisis que puedo hacer. Al conectar con esa intuición siento paz, liviandad, seguridad...

Me siento en casa.

Cuando abro el libro del Cnel. Hadfield, el capítulo que decido leer es "¿Qué otra cosa puede costarme la vida?". Se disparan otro millón de pensamientos a velocidad luz que me ayudan a seguir conectando puntos de la red.

No importa si somos pilotos de caza o amas de casa, si somos varones o mujeres, si somos niños o adultos, si estamos haciendo lo que amamos, intentando amar lo que hacemos o no haciendo nada, lo que creo que ya es estar haciendo algo. Resuenan en mí las palabras de Hadfield "has de centrarte en lo que tienes justo enfrente. Si no lo haces, te costará la vida. Esta concentración intensa tiene menos que ver con lo que abarcas que con lo que dejas de lado."

(Cientos de pensamientos que se sientes como miles...)

¿Es posible viajar a nuestro futuro? Parece que aún no. Tengo la teoría -hoy...¡no sé mañana!- de que nuestro futuro consta de infinitas posibilidades dependiendo de cómo estamos ahora, en este exacto momento. Solemos llamarlas "alternativas". Cuando somos conscientes de quienes estamos siendo, sintiendo, pensando, creyendo, las alternativas o posibilidades se multiplican.

Con el mismo criterio, dicen por ahí que estamos siendo el fruto de lo que fuimos construyendo en nuestro pasado. Sin embargo, hay otra teoría que ronda mi mente con convencimiento: también somos capaces de modificar nuestro pasado. Yo sé que voy resignificando mis experiencias y me doy cuenta que, cuando cambio su significado, esta mujer que soy hoy también cambia. Entonces tal vez, y digo que sólo tal vez, siendo quien soy en este instante ya he cambiado "el futuro de mi pasado", saltando de una supuesta línea temporal que estaba transitando al estar ahora viviendo en esta otra.

Esta Cyndi que soy ya no es la que se supone que debía ser.

Hadfield vuelve a decir: "Si no es importante para los treinta segundos siguientes, es que no existe."

Uf...pienso en lo importante de estar lo más consciente posible de quién estoy siendo ahora. Me gusta la idea de poder proyectar treinta segundos hacia adelante y no mucho más. Es que, para una mujer ansiosa como yo que ha proyectado hasta llegar a puntos insospechados, teniendo planes A, B, C, D, E y por momentos algún que otro E Bis, tener la oportunidad de proyectar sólo unos segundos hacia adelante genera un alivio casi instantáneo.

Me encuentro a mí misma dibujando una amplia sonrisa en mi rostro. Cuando recuerdo ese pasado que en estos momentos voy resignificando, las palabras del coronel reconfiguran mi entramado.

Dejar de lado los cientos de pensamientos que me eyectan a días, meses e incluso años por delante y no simplemente a los siguientes treinta segundos, no sólo quitan mi foco de lo que tengo justo enfrente sino que, literalmente, me cuestan la vida.

No quiero pagar más. Quiero vivir lo más plenamente posible, una inspiración y una espiración a la vez. Okay, tal vez proyecte unos treinta segundos hacia adelante...pero no mucho más.

En cuanto a la importancia de lo que tengo frente a mí...¿qué existe más importante que la vida misma?

"...has de centrarte en lo que tienes justo enfrente. Si no lo haces, te costará la vida. Esta concentración intensa tiene menos que ver con lo que abarcas que con lo que dejas de lado. Si no es importante...es que no existe."

Me quedo pensando mientras disfruto de un delicioso capuccino a la italiana...

Cambio y fuera. Hasta el próximo vuelo.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados

sábado, 22 de agosto de 2015

Gravedad

Esta mañana me desperté pensando en la gravedad...en la palabra "gravedad". Y me preguntaba por qué usamos la misma palabra para hablar de la enormidad o el exceso en una enfermedad, por ejemplo, y para la atracción universal de los cuerpos en razón de su masa.

También por qué, según la teoría de la relatividad, la gravedad está íntimamente ligada al espacio y al tiempo.

Porque parece que, cuando algo con masa se hace presente, el espacio-tiempo se "deforma" cambiando la geometría. Y esto hace que ocurran cosas "raras": la línea más corta entre dos puntos puede terminar siendo una curva y no una recta o dos paralelas se cortan en un punto o en infinitos puntos...

Nosotros, entonces, incorporamos la frase "todo es relativo" gracias al genial Einstein.



A mí me pasa que, cuando relativizo algo que está sucediéndome, termino por deformar mi experiencia. A veces, algo de peso pequeño en mi vida termina cobrando una relevancia de tal magnitud que su gravedad altera todos mis cursos. Empiezo a desviar mi camino y tardo una eternidad en llegar a destino...¡al menos en mi tiempo interno lo siento como algo eterno! (¿Estaría hablando también de esto Don Alberto...?)

A veces algo de gran peso lo minimizo al punto que desaparece. ¡Puff! Se esfuma, deja de ser, no pesa nada..."no es algo de gravedad, Cyndi, quedate tranquila...¡Pronto pasará!"

Mi espacio-tiempo está siendo deformado constantemente por el peso que yo le otorgo a los acontecimientos a través de mis sentimientos y mis pensamientos, que parecen tener vida propia. Pero no la tienen. Es a través de que son, soy YO la que decide qué masa tienen y por lo tanto, cuánto tiempo ocupan de mi tiempo.

"Aquí y ahora...aquí y ahora...aquí y ahora...", me repito como un mantra para que el milagro de la relatividad reacomode la distorsión de mi experiencia.

Stop. ¿¡El milagro de la relatividad!? Pero...¿no era yo la que le otorgaba el peso y tamaño a la masa del acontecimiento? Parece que, muy a mi pesar, soy la responsable de la distorsión y la ´"re-acomodación" de mi experiencia.

En fin...tendré que hacerme cargo de revisar masa y tiempo de cada experiencia que vivencio, a cada instante para que mi geometría se transforme en perfectamente sagrada.

Es aterradoramente fascinante saber que tengo el poder sobre LA gravedad...¡faaaa!

Quería postear esto el 21 de agosto, pero bueh...me pasé de masa. ;)

Buenas noches...hasta el próximo aquí y ahora.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados

jueves, 6 de agosto de 2015

H....Mon Amour...!!!

Los invito a que se detengan un minuto a observar, apreciar, disfrutar esta imagen aérea. 



Hiroshima. 

Un día como hoy, hace 70 ańos, fue arrasada hasta desaparecer bajo la primera bomba atómica jamás usada contra nuestros hermanos humanos. 

En el museo de la ciudad hay un reloj parado a las 8.15 hs, momento en que detonó la bomba. Lo llaman el Reloj de la Paz...

Reloj de la Paz. 

Hoy, sin importar por qué ni cómo, estoy sensiblemente conectada en mi vulnerabilidad, mi fragilidad y mi vacío. También con mis logros, mis potencias y mi fortaleza.

Hiroshima es para mí uno de los tantos ejemplos de mucho de lo que somos capaces los seres humanos. 

Me ayuda a re-orientarme y recordar alguno de los fines de mi existencia.

Vienen a mi mente palabras que me asisten en expresar lo que estoy sintiendo en este momento. Bertolt Brecht las pone en boca de Galileo Galilei, hablándole a su discípulo y aprendiz, Andrea Sarti, en la obra homónima del escritor alemán. Dice Galileo:

'Mi opinión es que el único fin de la ciencia debe ser aliviar las fatigas de la existencia humana. Si los hombres de ciencia, atemorizados por los déspotas, se conforman solamente con acumular saber por el saber mismo, se corre el peligro de que la ciencia sea mutilada y que vuestras máquinas sólo signifiquen nuevas calamidades. Así vayáis descubriendo con el tiempo todo lo que hay que descubrir, vuestro progreso sólo será un alejamiento progresivo de la humanidad.
El abismo entre vosotros y la ciencia puede llegar a ser tan grande que vuestras exclamaciones de júbilo por un nuevo invento recibirán como eco el alarido de espanto de la humanidad.'

Ayer, Barack Obama -recordemos que es Premio Nobel de la Paz...- dijo en su discurso al Congreso de los Estados Unidos de América que si no se aprueba rápidamente el pacto con Irán para la limitación del programa nuclear iraní "se podría desatar otra guerra" porque "Estados Unidos perderá credibilidad como líder de la diplomacia"...

Setenta ańos después, quiero seguir honrando al valiente pueblo de Hiroshima. Elijo seguir creyendo que las personas somos capaces de desarrollar la resiliencia para levantarnos de los escombros y construir y reconstruirnos. Pero también quiero sostener mi atención en seguir comprometiéndonos en desarrollar nuestra capacidad de ponernos en el lugar del Otro, ése, mi Hermano Humano, que duele, que prospera, que teme, que sueńa, que cae, que se levanta, que comparte mis necesidades, mis anhelos...mi hermano, tan cerca y tan lejos de mis maneras de pensar, pero tan humano como yo. 

El Reloj de la Paz...
Parafraseando a Serú Girán...¿cuánto tiempo más llevará? 

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados