domingo, 31 de mayo de 2015

El camino

Se despierta con los rayos del sol atravesando la ventana. Aún no puede creer que esté aquí.

Decide que el lugar debe estar apartado de todo lo conocido, de todos los conocidos. Decide que debe estar cerca -cerquísima- del mar. Decide que quiere estar rodeada de blanco.


Decide, también, estar sola -solísima-. Después de todo, así es como vino al mundo y así es como se irá.

Así es como se siente.
Así es como está.

Hoy es el primer día de muchos en los que finalmente duerme y sueña con historias agradables, con posibilidades, con otras dimensiones. En las últimas tres semanas sólo soñaba que estaba despierta, intentando dormirse, para luego despertarse de un sueño que no había sido. Durante los últimos tres meses, el insomnio, el mal descanso, los pensamientos a velocidad luz la poseyeron sin tregua, dejándola sin lugar ni tiempo para sentirse ella misma.

La cabeza pesa, la columna duele, las articulaciones crujen, las entrañas se adormecen, la mirada se pierde, el corazón añora.

Se incorpora de la cama, después de desperezarse y se dirige al balcón. Quiere respirar profundo el aire limpio del mar y tragarse todo el color del paisaje. Quiere llenarse de silencio. Aún escucha sus ruidos internos, sus luchas acérrimas, sus peleas polarizadas entre pasado y futuro, deseo y deber, hacer o no hacer; sus diálogos agotadores. Por momentos sólo quiere desaparecer, desvanecerse no sólo del mundo sino de sí misma. (¿Será eso posible?)

Este es uno de esos momentos en los que siente que el tiempo es absurdo, los relojes le refriegan en la cara el curso arbitrario del día dividido en horas, minutos, segundos, milisegundos y el espacio no es suficiente.

Necesita más espacio.
Necesita nuevo espacio.
Necesita el infinito...

Se siente atrapada, prisionera, esclavizada. Y siente que sus creencias, su vida tal y como la conoce y su propia historia son los carceleros. Está aquí para apelar lo que considera su sentencia ya cumplida, para mostrar su alegato y revertir el fallo.

Está cansada...muy cansada. Necesita recuperar fuerzas, rearmarse, ordenarse y tomar decisiones. Necesita estar consigo misma, detener sus batallas, ser honesta.

Se prepara un jugo de naranja, se sumerge en la bañera, mirando el mar. Presta atención a su propia respiración. El mundo, tal como se le presenta en este instante en medio de su aturdimiento y confusión es hermoso; la vida, un enigma a revelarse a cada instante.

Se pregunta si está dispuesta a reingresar a este tiempo y a este espacio, a volver a lo cotidiano. Si es así, ¿bajo qué forma lo hará? ¿Se dejará acompañar? ¿Por quién? ¿Por cuántos? ¿Hasta dónde?

Sabe que una parte de sí permanecerá solitaria, misteriosa, inaccesible, con razones, sentidos y motivos que sólo ella conoce. Sabe de lo que es capaz, sabe lo que quiere, sabe...lo que sabe. Sabe también que no debe responder a nadie en este mundo salvo a sí misma. Y sabe que entonces, sólo cultivando su interior, puede salir al mundo a ser quien está destinada a ser.

Así como se trate, así como se escuche, así como se conozca, tratará, escuchará y conocerá a otros.

Mira la copa ya vacía. Va siendo arbitrariamente la hora del silencio. Cree que allí está el camino de su existencia.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados

sábado, 2 de mayo de 2015

Bitácora 201505.02.02 MLS

Le he dado 27 vueltas a la Tierra en lo que nosotros contamos como 24 horas. Veintisiete amaneceres y atardeceres.

Sin embargo, allí vuelve a asomar...ella...la Luna. Según sé, estará "llena" el 4 de Mayo allí "abajo".

 
Sueños, fantasías, recuerdos de cosas que fueron, ideas de cosas que serán.
 
Y este presente que se presenta confuso, movedizo, inquietante, diferente.
 
En Mi Lugar Solitario, contactaré ahora con el silencio...
 
Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados

Bitácora 201505.02.01 MLS

Cuesta soltar...

ME cuesta soltar...

Doy una vuelta más alrededor de la Tierra. Me asomo a la ventana para mirar sobre mi ciudad.  Hay tormenta en la zona. 

Hay tormenta dentro de mí...

Sintonizo una frecuencia de radio y escucho Gotan Project. Inmediatamente me veo sentada sola en un bar de Buenos Aires, como suelo hacerlo cuando estoy en el planeta, café de por medio, disfrutando de la vista a través de...otra ventana. 

Ventana, tras ventana, tras ventana, se estimulan y expanden mis sentidos. Otra vez, hacia afuera y hacia dentro...

Se acerca alguien, esa persona que me devuelve una imagen de la realidad tan diferente a lo que yo percibo...especialmente de mí misma. Me doy cuenta que esto suele sucederme con más frecuencia de lo que me animo a admitir y a registrar. 

Agradezco el comentario, agradezco el contacto, agradezco la gentileza, agradezco la generosidad de compartir conmigo lo que otro que, sin conocerme, ve de mí.

Pienso en la valoración externa, en el impacto que me causa saber de mí por otros. También pienso en el impacto que ocasiono en otros, a veces -como ahora- sin saberlo. 

Creo sentir el delicioso aroma del café recién molido, el humo que se desprende de la taza invitándome a saborearlo, a dejarme llevar por el placer de los sentidos. 

Huelo, observo, degusto, siento el calor de la taza en mis dedos, escucho la música mientras me quedo con la halagadora sensación de saber que mi simple presencia afecta personas que incluso no conozco. Y la alegría de saberme afectada por los otros. 

¡Estoy viva!

Escucho estática. El Gotan Project se esfuma entre el ruido blanco. Cierro los ojos y, al abrirlos, vuelvo a la vista inicial. Estoy en Mi Lugar Solitario. La tormenta sigue allá "abajo".



Dentro de mí, la tormenta calmó. 
Sólo por ahora. 



Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados
 

viernes, 1 de mayo de 2015

Bitácora de Vuelo 201505.01 MLS

Mi Lugar Solitario está explorando y transitando zonas nuevas y llenas de desafíos.

Por momentos, me resulta difícil determinar qué está "afuera" y qué "adentro". Mirando a través de la ventana, contacto con la infinitud del espacio, la inmensidad de este universo, la redimensión del tiempo. Mirando dentro de la ventana, aunque contacto con la finitud, la limitación y la cronología, por momentos no noto la diferencia.

A veces, mirando a través de la ventana siento que en verdad estoy mirando un espejo...tal vez por eso apoyo mi mano, para que algo de la ¿realidad? vuelva a mí. ¡Oh, las percepciones!

 
Entre ayer -día terrestre en el que abordé la nave e ingresé en órbita- y hoy escribí dos textos: uno autobiográfico y reflexivo, de tenor tan íntimo que decidí dejarlo como borrador; el segundo, un breve relato de ficción tan oscuro que decidí no publicarlo.

El primer sueño que tuve ¿anoche? ha sido vívido, intenso, revelador, depurador...El enojo, la oscuridad, la resignificación y la integración van apareciendo de manera tangible, sensible, pensable. Por momentos, siento que mi mente se expande pulsátil al ritmo del espacio que también está mirándome por la ventanilla...

El espacio está mirándome por la ventanilla...

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados