miércoles, 12 de marzo de 2014

Entropía: cuando no existen las direcciones, los sentidos ni el tiempo.

Algo dentro de mí está queriendo convertirse. Algo está transformándose.

Algo me golpea suave pero firme en el medio del pecho desde adentro, de vez en cuando.

Aunque lo hace frecuentemente en estos últimos dos o tres días, pidiendo que le abra la puerta (que yo me abra) para salir a explorar -y explorarse-. Parece que al salir, cobrará otra forma. O se re-formará. O se formará según su propio potencial, quién sabe... Pero por el momento, "algo" se siente bien siendo ese "algo" que es y que puede cambiar, mutar, convertirse, crecer y evolucionar en "algo" distinto a lo que es ahora en este preciso momento.

El im-pulso se convierte en palabra. Torpe, tal vez. Confusa y vaga, como el propio "Algo" que la motoriza. La palabra es pulso y el im-pulso salta al vacío, a la hoja en blanco que la excita y la intimida al mismo tiempo.

"Algo" comienza a latir fuerte en mí y se expande por todo mi cuerpo, sin un orden aparente o entendible para mi razón, pero con la consciencia de que el desorden tiene su propio sentido.

La creatividad pide pista pero se siente perdida...¿por dónde ir? ¿Cuál es el camino? ¿Cómo manifestarse?

Me dejo llevar por esta incertidumbre, esta latencia, esta potencia, este pulso.

 
Mi entorno contribuye, en su bullicio y sus gritos con mi confusión. En medio de este caos externo, mi im-pulso se asoma a la puerta que estoy abriéndole y siente miedo de salir, de manifestarse, de mostrarse. Siente que el afuera es amenazador. La creatividad siente una inicial sensación de destrucción.

Suspiro profundo y "algo" se retrae. Mi mente no logra enfocar. El pulso se im-pulsa y decide resurgir en otro momento.

¿Será, acaso, este escrito descriptivo y sin pretensiones, la nueva forma de "algo" en mí...?

Hoy es el día después. Sin embargo, hoy es el día en que todo comienza de "nuevo".

Hoy es la entropía manifestándose.

Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados




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