El catalán
diría que “las musas se han pasao de mí”. Yo diría que no sólo me han pasao,
sino que han decidido no quedarse conmigo ni siquiera un instante…
Sola. Sin inspiración.
Una escritora escribió por algún lado que para ser escritora ella debe sufrir. Entonces me dije que nunca podría convertirme en escritora, no porque no haya sufrido, sino porque opto por doler en lugar de sufrir. El dolor me ayuda a crecer y el sufrimiento desaparece como tal.
La intensidad puede llevarse las
montañas y derretirlas como manteca. La intensidad puede ser parte del
amor o de la ira. La ira puede ser venganza o justicia. Entonces todo para mí, como
monedas, tiene una cara y una ceca, un anverso y un reverso, un derecho y un
izquierdo.
Los opuestos son indivisibles... ¿Cómo reconocer lo sano sin lo enfermo, lo hábil sin lo inútil, lo puro sin lo putrefacto? Los dolores son manifestaciones de las sensaciones porque sino, muchas veces, no les encuentro sentido a esas sensaciones. Si no me duelen, hay cosas que no siento, cosas de las que ni me entero que están ahí queriendo, necesitando ser atendidas. Tampoco puedo disfrutar del placer y el gozo sin conocer el dolor...
Siento intensamente. Para adentro y para afuera. Más para adentro. Para afuera, hace mucho que no: no lloro, no río... La ausencia de manifestaciones me hace lucir indiferente y fría. No soy ni lo uno ni lo otro. Pero no puedo evitar poner distancia entre mi adentro y mi afuera.
No, no, no es lo que ustedes probablemente creen. No es que estoy poniendo distancia entre lo que siento y Ustedes. Pongo distancia entre MI adentro y MI afuera. Mi afuera está distante, apartado de mí, irreal.
Mi afuera no existe más que en la realidad de los otros...
Repentinamente, me pregunto, ¿cómo ando por la vida con un "afuera" que no existe para mí, que es una invención de otras realidades que no son la mía? ¿Es que acaso lo que creo que es mi realidad es sólo una pantalla en donde se proyecta la historia de otros? ¿Dónde estoy yo en esta película...?
Y...nada. Lo que siento ahora es...nada.
Tal vez para poder escribir sea suficiente con sentir que no siento...
Y no sentir, a veces, duele...estoy en una espiral infinita.
Cyndi Viscellino Huergo ®Todos los derechos reservados
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